Se cree que la cereza es originaria de Asia Menor y que su cultivo proviene de la antigua colonia griega Kerasos, la actual Giresun, en la costa del mar Negro.
La cereza era muy apreciada desde hace siglos por griegos y romanos, los cuales expandieron su cultivo por regiones muy diversas hasta llegar a España de manos de los romanos, alcanzando un rápido crecimiento durante la expansión árabe.
La cereza es el fruto del árbol del cerezo y pertenece a la familia de las rosáceas, del género prunus, como también lo son el albaricoque, el melocotón o la ciruela. Podemos hablar de dos especies de cerezas, las cerezas dulces, de color oscuro (prunus avium) y las guindas o cerezas ácidas, de un color rojo brillante (prunus cerasus). De ambas especies de cerezas existen una gran cantidad de variedades, rondando las mil ¡e incluso más!